Esta es Tanya Gould. Recientemente habló en una conferencia celebrada por el Centro Nacional sobre Explotación Sexual (NCOSE) en Washington, D.C. sobre su experiencia como sobreviviente del tráfico sexual doméstico. Notarás que en esta imagen hay una placa de madera frente a ella, pero a diferencia de los otros oradores, su placa se dejó en blanco. Su nombre fue olvidado por error, pero aun así ella continuó y pronunció un discurso increíble compartiendo su historia y defendiendo a quienes están siendo víctimas de trata. Fue un error simple e inofensivo que le pudo haber ocurrido a cualquiera de los oradores. Pero sentí que tenía un significado más simbólico del que nadie podría imaginar.
Tanya fue víctima de trata por parte de su novio cuando tenía 18 años. El la obligaría a abandonar la universidad y la utilizaría para ganar dinero. Al contar esta historia, Tanya recordó algunas de las muchas cosas horribles que le sucedieron. De estas experiencias dijo que le hicieron empezar a “deteriorarse. Estaba físicamente enferma, mentalmente deprimida, tenía tendencias suicidas”.
Al igual que esta placa vacía que estaba frente a ella, ella también era otro objeto sin nombre a los ojos de sus traficantes e incluso de su familia. Fue explotada durante años y sintió que no tenía a quién acudir. Pero una noche su vida cambió. En medio de una violenta lucha con un comprador escuchó una voz que le decía: “¿Qué estás haciendo? - tienes un hijo." Fue en ese momento que algo había cambiado. Se dio cuenta de que si ella moría, su hijo estaría en manos del hombre que la vendió. Entonces ella abandonó la lucha, le dio el dinero al comprador y él se fue. Mientras se alejaba del lugar, un oficial de policía se le acercó. Ella estaba asustada, pero pronto comenzó a decirle al oficial que necesitaba sacarla a ella y a su hijo de la situación en la que se encontraban. El amable policía le dio dinero para pagar su transporte. Sobre este encuentro, Tanya dijo: “Me dio el dinero para recogerlo, y fui directamente a buscar a mi hijo y en ese instante dejé al traficante para siempre”.
No fue fácil, pero reunió el coraje y la valentía para partir. No puedo evitar pensar que, si alguien hubiera intervenido antes, no habría tenido que pasar por tanto abuso emocional, físico, mental y sexual como lo hizo.
Tanya, ahora mentora y defensora de los jóvenes que han sido víctimas de trata, ha encontrado su voz y ha compartido su historia con miles de personas de todo el mundo. Ha aprendido que es más que una simple sobreviviente del tráfico sexual. Ella es alguien que tiene valor y a quien no se le puede poner precio.
En sus palabras de apertura en la conferencia NCOSE, Tanya expresó su deseo de que la gente ponga acción detrás de sus palabras. Ella dijo: “No comparto esto contigo para inspirarte y luego marcharte... Lo comparto contigo para inspirarte a cambiar, punto”. Ésa es mi invitación para ustedes hoy. Te invito a hacer un cambio en tu vida y ayudar a que los que no tienen voz y nombre sean escuchados. Estos actos pueden ser grandes o pequeños, cualquier forma de cambio es suficiente para poner las cosas en marcha y suficiente para ayudar a que se produzca un cambio aún mayor. Para obtener ideas sobre cómo usar su voz para el bien, visite el centro de acción de NCOSE en; https://endsexualexploitation.org/action-center/. ¡Tu voz importa!
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