Según Bostwick y Bucci (2008), cada vez se comprende más que “el mal funcionamiento del centro de recompensa del cerebro” subyace a todo comportamiento adictivo. Describen el centro de recompensa como compuesto de circuitos de prominencia de incentivos mesolímbicos y dicen que este centro de recompensa "gobierna todos los comportamientos en los que la motivación tiene un papel central, incluida la adquisición de alimentos, la crianza de los jóvenes y las relaciones sexuales". Dicen que “las actividades básicas de supervivencia pueden perder importancia cuando se ven desafiadas por el atractivo de sustancias o comportamientos adictivos”.
Este es un hallazgo fascinante porque las adicciones superan el sentido común e incluso el sentido del deber y el honor de las víctimas en algunos casos. Los autores continúan explicando que la dopamina es el neurotransmisor que impulsa el comportamiento tanto normal como adictivo. Otros neurotransmisores modulan (o gobiernan) la cantidad de dopamina liberada "en respuesta a un estímulo, y la prominencia está determinada por la intensidad del pulso de dopamina". (En otras palabras, la cantidad y fuerza de la dopamina puede mejorar los resultados (poderosos, muy poderosos, extremadamente poderosos).
La naltrexona es un antagonista opioide aprobado por la FDA que se utiliza para tratar el trastorno por consumo de alcohol y la dependencia de opioides. La naltrexona bloquea el efecto de los opioides y previene la intoxicación por opioides y la dependencia fisiológica de los consumidores de opioides. También se utiliza para quienes son adictos a la pornografía. En 2008, el uso de naltrexona fue un "uso novedoso para suprimir una adicción eufóricamente compulsiva e interpersonalmente devastadora a la pornografía en Internet".
En este estudio, un paciente masculino de 24 años dijo que su adicción sexual había “consumido toda su vida”. Temía perder tanto su matrimonio como su trabajo si no podía controlar su “preocupación por la pornografía en Internet”.
¿Entonces, qué podemos aprender de esto? Podemos saber que el paciente perdió mucho tiempo en Internet y progresó a “contactos sexuales en persona”. Ya estaba tomando un "inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina", y esto, combinado con naltrexona, "coincidió con una disminución precipitada y una eventual resolución de sus síntomas adictivos".
Esta información es muy esperanzadora y podría ayudar a otros a superar la adicción a la pornografía en Internet. La joya de la historia es el gran deseo y determinación de este hombre de hacer todo lo posible para romper el control de su comportamiento adictivo.
Referencias:
Bostwick, J. M., & Bucci, J. A. (2008). Internet sex addiction treated with naltrexone. Mayo Clinic
proceedings, 83(2), 226–230 . https://doi.org/10.4065/83.2.226
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